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sábado, 29 de octubre de 2011

Como la vida misma

No sé si soy yo la extraña en un mar de cuerdos. No sé si es la vida que va muy deprisa o yo muy despacio. No vale de nada arrepentirse si lo hecho, hecho está, pero yo lo seguiré haciendo. Sé todo lo que gano y pierdo con cada movimiento, y aún así no sé elegir el correcto. No voy a creer en alguien que no soy, porque yo admito mis errores y acepto las consecuencias. Mi para siempre sigue teniendo una definición muy corta, y mi nunca una demasiado poco creíble. Mi vida, como una gran mentira, como un cúmulo de engaños en mi contra. Mi vida, tan poco controlable como la vida misma. No creo en el destino, la suerte, o el amor. No me fío de nada ni nadie, ni si quiera de mi. La vida da muchas vueltas, sí, pero yo no hago más que dar vueltas en círculos sin encontrar una salida. Y es que en realidad el amor no sirve de nada, claro, pasas un tiempo como si estuvieras en una nube y después te caes desde allí sin paracaídas. Te das contra el suelo y tardas en volver a levantar, y encima te levantas para que vuelva a pasar lo mismo. Todo es un ciclo constante, subes, caes y te levantas. Yo todavía me estoy cayendo y ya me siento morir. Ahora mismo, no creo que merezca la pena volver a levantar.

sábado, 8 de octubre de 2011

Un lugar donde perdernos

-¿Te vienes?
+¿A dónde?
- A un lugar donde nadie nos encuentre, donde nadie más que el sol y el viento sepan que estamos allí. Un lugar creado sólo para nosotros. Donde el tiempo no exista y el amor nunca llegue a su fin, donde sepamos que la noche ha llegado al día porque sea cuando paremos de hacer el amor... y con la única meta en nuestras vidas de hacer todo aquello que nos haga sentir mejor. Ese lugar puede existir, estando a tu lado, estando juntos... tú y yo.

viernes, 7 de octubre de 2011

Juguemos

Juguemos a un juego en el que soñar no importa. Creamos en lo imposible, e imaginemos lo improbable.
Juguemos a un juego en el que todo vale, sin reglas ni complicaciones.
Inventemos el juego, está prohibido rendirse sin intentarlo, lo único que tienes que hacer es jugar.
En realidad el juego ya está inventado, se llama vida. La vida es un juego de azar, en el que lo único que debes hacer es jugar bien tus cartas, aprovechar oportunidades y no rendirse a la primera.
No es fácil, pero todo se puede, y más si es con ayuda.

lunes, 3 de octubre de 2011

Sin sentido, ilógico

Busco sonrisas dónde no las hay, busco besos sin respuesta. Busco y busco sin parar y cuando encuentro, se me olvida la razón de mi búsqueda. Propósitos, deseos, metas, retos, sueños, objetivos, aspiraciones, ambiciones. Complicaciones. Tres caminos diferentes, tres estaciones de tren, nada escrito. O un camino o otro, o un tren o otro. No hay más. Tú decides, tú eliges. Caminas, hacia delante, a veces te paras y miras hacia atrás pero continuas tu camino. No hay vuelta atrás, es todo recto hacia delante. Coge aire, tú puedes hacerlo. A mitad de tu destino hay un atajo. Lo coges, era una trampa. Fin del trayecto.

Ese es el trato

Jesús:
Hagamos un trato, tú me llevas el desayuno a la cama, no digo una vez ¡eh! Digo todos los días de mi vida. Tú cuidas de los niños, y por supuesto, tú te ocupas de la casa, pones la lavadora, limpias los cristales de todas las habitaciones, friegas, haces la cama, planchas, limpias el polvo… Lo de hacer la comida, ya se verá, pero eso sí, ¡tú bañas al perro!
A cambio, no te pido nada, solamente… Qué estés conmigo.

Caminante, no hay camino

Busco una manera de seguir adelante y cuando voy a emprender mi camino, éste se separa en dos direcciones. Elijo un camino, al principio parece el correcto, pero cómo suele pasar, ese camino no lleva a ninguna parte. Así que retrocedo. Pero ya no hay manera de salir, sólo existe una única opción: seguir adelante. Saltar, rodear y evitar los obstáculos. Caminar deprisa y buscar una salida. Cuando crees estar llegando a la meta, al final del camino, encuentras una pequeña salida, un atajo, por así llamarlo. Sin pensarlo, huyes, huyes dejando atrás todos los obstáculos, pero también dejando atrás el premio, el premio por haberlos superado. ¿Has ganado? Sinceramente, algún día espero que encuentres otro camino por el que seguir, otro camino que empezar, y otros obstáculos que superar. Y espero, que esa vez, no te rindas al llegar al final, espero que sigas adelante, esforzándote como ya lo hiciste al principio. Llega al final, descubre lo que te espera, y luego, si quieres, me lo cuentas.