Páginas

lunes, 20 de febrero de 2012

Mi soñada perdición

Te tengo tanto miedo... Me besas y tus labios queman, me dices que me quieres y yo sé que mientes. Me tocas, y el roce de tus dedos en mi piel es insoportable. Todo, completamente todo, lo que haces o dices me importa más de lo que debería. Es como si sólo tú fueras capaz de hacer que te escuche, a ti y a nadie más. Como si la vida sin ti ya no tuviera sentido, como si te necesitase para respirar. ¿Y tus labios? Son como una droga, tu cuerpo entero es una adicción. No sé hasta que punto puedes hacerme sentir en las nubes, pero tampoco sé hasta que punto me vas a dejar caer. Intento confiar en ti, de verdad que lo intento, pero cuanto más cerca estoy de ti, más me doy cuenta de que esto es un error. Tú no eres para mi, y aunque yo ya sea tuya, tampoco estoy hecha para ti. Mi tentación, mi dulce locura, tan dulce como tus besos, tan dulce como tu boca. No me busques más, porque me volverás a encontrar.

viernes, 17 de febrero de 2012

Tu me manques!

¿Sabes qué es lo que más echo de menos? Tu mirada, aunque ya hace tiempo que la perdí de vista. Eras una parte importantísima, no de mi vida, sino de mí, y ya no estás. Te has ido ahora cuando debías de haberte ido hace tiempo, te has ido y me parece que el tiempo pasa más despacio en cada suspiro, te has ido y me siento sola e indefensa, como una niña que ha perdido su peluche favorito. Y tal vez fue por eso por lo que te marchaste, porque no fuiste otra cosa más que un peluche que siempre me acompañó y al final, en vez de cansarme yo de él, él se acabó cansando de mí. Echo de menos que me digas que me quieres, que nunca dejarás de hacerlo por muchas tonterías que yo haga. Y aunque ya no lo digas, lo sigues cumpliendo, porque yo sé que me quieres, por encima de todo el daño que yo te he hecho. Y lo sé porque cuando sin querer cruzas tu mirada con la mía, el mundo se para y tus ojos parecen decir que necesitas bajar, pero bajarte conmigo.

domingo, 12 de febrero de 2012

¿Dream or true?

Soy la típica niña pequeña que sueña con convertirse en princesa y vivir un cuento de hadas con su príncipe azul. Un mundo de color rosa, con caballos blancos y con un bonito arco iris detrás de las verdes montañas. ¿Y qué decir del príncipe? Es lo único de mi gran fantasía que se parece a la realidad. Ese perfecto príncipe azul existe, y tal vez sí que me quiera, pero yo no soy capaz de verlo, porque aunque él sea el príncipe de mis sueños, yo no soy la princesa que está a su lado. No me parezco en nada a ella. Ella es perfecta, no tiene ningún defecto, pero lo mejor de todo es que no le hará daño, le hará feliz y yo no. No tengo miedo a sufrir, o tal vez sí, y es que si le hago daño se me cae el mundo encima. Intento convencerme a mí misma de que esto va a funcionar, pero, es tan perfecto que me da miedo no estar a la altura. Nuestra historia es como un folio en blanco que está por escribir y voy a intentar escribirlo con la letra más bonita que pueda, con las palabras más sinceras y los colores más alegres, solo por verte sonreír. Porque te quiero hacer feliz, porque quiero ser feliz contigo.